20071120

Las 3275 Maravillas de Posmópolis. La quinta bandera del Batallón Desgracia.




[...]


"Comenzamos el epílogo de la fiesta después de la cerveza china que teníamos guardado en el frigobar. No era que terminara en ese entonces, nos gustaba ponerle nombre similares a nuestros actos de maquinación sexual, y así era como le llamábamos al baile epiléptico que hacíamos en el suelo cuando la campanada de Bi-Gorra se escuchaba por la radio del Lamborghini que nos esperaba afuera.

Tampoco éramos del jet-set, pero nos gustaba encontrar lujos de vez en cuando y el antiguo dueño del carro se quedó dormido mientras le pedíamos las llaves.

La gente se nos quedaba viendo, estupefacta y excitada, tenían turbios pensamientos acordes a las fiestas nocturnas y nosotros veníamos a provocar.

La gente se acercó y se tiró en el suelo, nos arrancamos la ropa a jirones, las manos iban y venían; las bombillas parpadeaban como luces estroboscópicas de tanto rozar de las espaldas sobre la pared, sobre el suelo electrificado había chispas, la estática de la piel crispaba en un ritmo que se confundía con los jadeos incesantes.

Un claxon afuera nos avisó que venía un equipo de contención de las Fuerzas Especiales de Bi-Gorra. Detuvimos en seco nuestro palpitar conjunto y corrimos entre las escaleras de la puerta hacia el convertible. La gente gemía al despedirse de nosotros, sus miradas se notaban turbias y sabíamos que volveríamos después. Quemamos la bandera y la lanzamos a la calle. El último hilo de la manta se retorció justo cuando dimos vuelta en la esquina.

Fue una noche iluminada."


y posmópolis, santísima posmópolis.