20071022

Las 3275 Maravillas de Posmópolis. La Cárcel Federal
















[...] Yo fui encerrado en la cárcel de Posmópolis tres veces.

La primera vez me
dejaron entrar por haberle robado la sombra a un niño volador. Todos sabían que era un pedófilo vestido en mallas pero él tenía cara más bonita.

La segunda vez me atraparon toreando un caimán en medio de la carretera. Me denunciaron los protectores de los animales que querían tenerlo de mascota en su equipo de ping-pong.

La tercera vez me quisieron llevar cual cortesana de fin de siglo. Me rehusé y me mandaron al cajón solitario a vivir de agua, pan y onanismos.



Yo fui encerrado en la cárcel de Posmópolis.

Y sus rejas vibran porque los asesinos explotan cuando piensan en sus madres.

Y sus techos
crujen porque los violadores de libros sólo saben lamer el parquet.

Y sus muros lloran porque los ladrones se han llevado el tapiz.

Y
sus luces titilan porque los cuellos blancos practican su matatena con ojos de reporteros.

Y sus guardias ríen porque el poeta siempre es el
primero en caer.



Yo fui encerrado en Posmópolis.


De noche veía el cielo y de día el lago, pero adentro sólo podíamos rayar la pared.





Dentro y sin misterio comí
escapularios de reserva.

Posmópolis, Santísima Posmópolis