En Posmópolis todas las calles van hacia el centro hundido porque transitar en la ciudad tienen un sentido: circular hacia la palabra.
En Posmópolis el centro hundido es el lugar de la palabra.
En Posmópolis vamos hacia la palabra: una palabra que vivimos, pero que desconocemos, presente por su ausencia, única por su contaminación de imágenes.
En Posmópolis una de esas palabras es la angustia. Tal angostura, al transitar y caminar en el centro hundido de La Posmo, un respiro y sólo breve porque la libertad, en Posmópolis, es metafísica, es la muerte en sí misma.
Posmópolis, Santísima Posmópolis.