20100317

Obstacle V: Del Centro a la X y la X es el Amor

Tocó tierra, quemó las naves, nombró las cosas menos una. La cosa aún sin nombrar era casi una nada, apenas imperceptible, ambulante. Se dilataba al cruzar el puente, al atravesar el desierto, al aspirar a una existencia infinitamente finita.

Cuando nombramos las cosas lo hacemos para que éstas tengan su peso y que la sensación encarne en la palabra física. El Muchacho de los Ojos Tristes despejó la X y en su lugar puso el Amor: "esa palabra".

El peso de la palabra llenó su boca y en ocasiones su estómago. No era su virtud, tampoco exceso, ni cuestión absoluta, pero tampoco relativa. Oscilante, pendular, inasible. Como él. Pero tenía cuerpo, cuerpo agujerado. Como él mismo. Pero de algún rincón, bajo alguna extraña fórmula, sacaba fuerzas y lograba sostenerse en su lugar.

El Muchacho de los Ojos Tristes le encontró acompañante a "esa palabra": Vos. Esa palabra es para vos: Tú.





(Y Posmópolis, Santísima Posmópolis).