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20100817

II. Postales de Posmópolis

En Posmópolis no hay latitudes que señalen la ubicación de nuestra presencia física. Quizá la de nuestra ausencia. (Presencia. Ausencia. ¿Acaso esas categorías existen?).



En Posmópolis hay señales intermitentes (como la de aquellos coches varados a plena noche) que en ocasiones llegan a señalar las latitudes de nuestra existencia: la respiración de nuestra angustia, la liberación del orgasmo, la conversión hacia la muerte.




Posmópolis es una ciudad que llevo dentro, en el fondo del cuerpo, pero como el alma ¿dónde ubicarla?, ¿es acaso ello posible?, ¿es que Posmópolis realmente existe?





Posmópolis es una ciudad sin alma, pero es un lugar con cuerpo y carne. Cuerpo y carne dan lugar a momentos e instantes, es decir, a breves lapsos donde la escritura se asoma, dice algo, parece estar diciendo algo, pero lo único que dice es el tránsito (el decir) de su máscara.




He estado en Posmópolis. La he visto desnuda, la he visto sin esa máscara y apenas con un velo que deja percibir mínimamente su piel. No es una piel lisa, constante. Tiene relieves, arena, asfalto, tiene horas y eternidades que no llegan. He estado en Posmópolis, he estado en esa palabra. Me ha matado.




Posmópolis, Santísima Posmópolis.

20100208

Jornadas de la Tristeza: el verbo.

Salí del consultorio a ninguna parte:



...
Sabía que tenía que estar triste, pero antes de emprender el camino e ir hacia una dirección tuve que definir el verbo que me acompañaría: no estaba del todo seguro que transitar era la palabra. A veces el análisis nos lleva a la parálisis, por lo tanto, decidí ir hacia la dirección: la tristeza. Ahí pasé por todos los verbos, todas las formas: transité por la tristeza, transité en la tristeza, estuve en la tristeza, pasé por la tristeza como quien atraviesa los cuerpos, pase por la tristeza como quien pasa por una ciudad en cuestión de minutos. Y así un rato, en el verbo, en la palabra. El cuerpo de la existencia.

Tristeza: la primera palabra física que trajo, en su regresó, el Escritor sin Cabeza.

Y Santísima, y tristísima y física y metafísica Posmópolis.

20091130

Demoliciones de Posmópolis

Hoy no estoy, ni estuve ahí. Mi tristeza fue el único testigo de esa realidad que tuve frente a mí...

Posmópolis, Santísima Posmópolis.