No era el origen: el momento preciso donde Hombre, Dios y Naturaleza se separaron. Tampoco el origen que narramos después: cómo minamos con tácticas y estrategias nuestros cuerpos al desnudo. No era cualquier origen disponible para nuestras palabras. Sin embargo, aquél día al rondar las deshoras, en una hoja en blanco escribimos, por primera vez y sin saber cómo, la palabra: "Posmópolis".
Entonces, la contaminación:
"En Posmópolis uno mismo se pregunta: ¿qué soy: un conferencista o un escritor de ficciones?".
"En Posmópolis, ya estaba escrito".
"En Posmópolis, el nombre ya estaba escrito".
"En Posmópolis, Posmópolis ya estaba escrito".
"En Posmópolis, estamos por la contaminación".
20100413
En...
circunstancias
conferencia,
dios,
en posmópolis,
posmópolis,
ya estaba escrito.