20100217
La angostura, pero la luminosidad.
(...) y Monseñor Solís levantó las manos en señal de oración.El Muchacho de los Ojos Tristes y el Mostro salieron debajo de la tarima y con sendas cornetas anunciaron la buena nueva de Monseñor: había que ir al Sur de Posmópolis, pese al dolor de corazón: cuando la angostura es rozada por la luminosidad ahí sucede nuestro momento más efervescente.