20091109

A ti te doy mi vida

A medianoche, en Posmópolis, o a cualquier hora del día pero igual en Posmópolis, había alguien que desenfundaba su pistola y disparaba en dirección al cielo para dejar un orificio: nuestro trazo.

El hecho era ése: alguien dispara al cielo a cualquier hora del día. Después ya vendrá quien lo nombre, narre o notifique o que incluso diga que el disparo no fue al cielo, sino por el temor al viento. Y así. Y los sentidos múltiples, equívocos, las mil y una interpretaciones. Y a ti te doy mi vida: Posmópolis, Santísima Posmópolis.